Vamos a hacer un viral. Teoría de las catástrofes

Vamos a hacer un viral. Estas son las palabras que más han precedido a las grandes catástrofes en departamentos de Marketing de grandes y pequeñas empresas. Se sabe lo que resulta viral, sí, pero el destino es muchas veces, menos mal, mucho más caprichoso que nuestros clientes o nuestros planes de ventas.
Alejandro Asúnsolo. @content_mk

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¿Sabías que existe una teoría de las catástrofes? Pues sí. Son teorías matemáticas que intentan explicar de una forma bastante compleja cómo en sistemas aparentemente estáticos aparecen elementos divergentes que, en un instante, desarticulan todo lo que esperábamos. Y no son tan viejas en el tiempo, nada menos que de los años 50, y entre otras cosas se están utilizando en teorías del comportamiento, gestión de cambios, evoluciones sociales…

Pues bien, no hay nada que llame tanto a la catástrofe que una reunión de ejecutivos o creativos encerrados en un salón bajo la premisa: “vamos a hacer una campaña viral”.

La viralidad tiene sus constantes, como se sabe y como voy a comentar, pero también es muy caprichosa. De hecho muchos de los virales más conocidos son precisamente errores de grandes compañías que en nada tenían ese propósito.

¿Pasarías una nota en clase con la lista de la compra o más bien un mensaje de amor?

Ya Aristóteles preparaba sus discursos en el Ágora buscando la mejor recepción, convencimiento de la audiencia y, por supuesto, éxito. Por eso hablaba del ethos, pathos y logos. Cientos de años después, dos profesores (ahora los más citados) de la  Wharton School, Universidad de Pennsylvania, hacen un estudio donde acaban por concluir que tampoco hemos cambiado demasiado, lo emocionante se comparte más, lo feliz se comparte más, lo sorprendente aunque desagradable, se comparte más. Lo que estamos pensando (está pasando) se comparte más. (Lee el artículo de Newyorker, The six things that make stories go viral will amaze, and maybe infuriate you)

Pero no puede ser todo cuestión de aplicar la matemática, si bien es cierto que tenemos los ingredientes para cocinar algo que merezca la pena compartir, si abusamos de alguno de ellos nos puede quedar, como en una receta, desastrosamente exagerado.

  • Demasiado emotivo.-  Te has pasado y, o bien has construido una campaña de impostura, y tus clientes y usuarios te han pillado de lleno, lo cual es el peor de los casos dado que vas a conseguir enemigos para siempre, o has cargado en la emoción el mensaje que posteriormente queda desdibujado. La sensibilidad es muy delicada, no todo el mundo tiene la misma, y podrías quedar marcado por la contracorriente. Piensa en Navidad, en día de la Madre, en el 14 de febrero y todos esos anuncios a los que solo les falta el logo de Disney para que solo interese a los inocentes, que de esos quedan pocos, creedme. Ese anuncio de la lotería de la Navidad…
  • Demasiado feliz.- La felicidad está muy bien, por supuesto, pero la felicidad no es ir sonriendo por todos los lugares sin alma debajo (no, no eres el Joker) ni tampoco es a costa de una realidad que se impone y donde parece que a costa de echar paladas de azúcar vamos a enterrar una dolorosa experiencia de quien nos lee o nos escucha. Ser el más feliz de la sala te puede hacer el más popular, pero no siempre el líder, y en muchos casos te hará ser el más odiado de la sala, por envidia o por sensación de engaño. Ese anuncio de Campofrío…

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  • Demasiado sorprendente.-  Está bien sorprender, pero la sorpresa depende de que uno se quiera sorprender y, más delicado, la sorpresa es un arma muy peligrosa que siempre lleva doble filo. Piensa en aquel día que quisiste sorprender a alguien y fue un desastre, apareciendo cuando no debías, o regalando algo que de no esperarse es que no se quería. El riesgo de la sorpresa es que genera demasiada expectativa en el emisor, y lo que queremos conseguir realmente es una reacción del receptor. Son a veces tensiones paralelas.
  • Demasiado actual.- Está bien que seas actual, pero una de dos, o la actualidad va mucho más rápido que tú y tu campaña o comunicación queda desfasada antes de que siquiera termine, o estás siendo uno más, eliminando el factor sorpresa o incluso el emotivo, porque el “todo el mundo habla de” es exactamente eso, que todo el mundo habla de lo mismo. Y luego está el que arriesga, el que apuesta por un patrocinio en el que el resultado es incierto, dejando en manos de un partido de fútbol el cierre del círculo de su campaña. Si España no gana, ya puedes decir que bravo por intentarlo, que lo importante es participar. Asociar tu éxito al de otros es asociar igualmente el fracaso.
  • Demasiado práctico. Los contenidos que resultan de utilidad se comparten más, por supuesto, pero antes tendrás que pensar en qué es lo que se quiere saber por parte de tu audiencia. Campañas y contenidos de enorme calidad, no lo dudo, que luego interesan a un mínimo 2 por ciento de tu audiencia son contrarios al retorno de inversión o a lo que estás, puede, buscando. Y no nos olvidemos del pathos, de la emoción. Ser demasiado práctico puede llevarte al camino de lo técnico y entonces estás abocado al fracaso. Piensa en cómo la mayoría de anuncios de coches evocan la conducción y la calidad de vida, reduciendo sin eliminar el elemento de practicidad como es el maletero o las eternas siglas ABS, ESP… “The Internet is just a world passing around notes in a classroom.”  decía el satírico Jon Stewart. ¿Pasarías una nota con la lista de la compra o más bien un mensaje de amor?

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  • Demasiado Tabú. Jugar con los tabúes da resultados, es obvio que al ser humano le gusta lo que roza lo prohibido, el morbo, la curiosidad, lo desconocido por no permitido. Se han conseguido grandes virales jugando con contenido sexual o aparentemente revolucionario. No lo dudamos. Pero es realmente complicado acertar con la tecla que hace que no pases de lo erótico a lo pornográfico, de lo curioso a lo que no queremos saber, de lo provocador al insulto. Es conocido que en este país, no digamos en Estados Unidos, siempre que sacas una campaña has de contar con un tanto por ciento de asociaciones que se van a sentir molesta: demasiado machista, demasiado feminista, demasiado político, demasiado falso. No te esfuerces: nunca va a llover a gusto de todos. Pero en la línea del juego con el tabú las reglas son mucho más complicadas. Y de nuevo la sensibilidad.
  • Demasiado viral. Y aunque no lo parezca, puede ser peligroso ser demasiado viral, porque puedes entrar en una dinámica de asociación que difícilmente vas a borrar de la mente del consumidor o al menos con la facilidad con la que se extendió. Y puedes estar obligado a “continuar” la historia que empezaste el año pasado, atar tu imagen a la del exitoso copy de la campaña del año pasado, dejando ya de ser un copy y pasando a ser tozudamente una parte de tu marca que no siempre querrás mantener.

¿Y qué hacemos, después, con los datos? Iniciación al Big Data

Que nadamos en un mundo de información nadie lo niega, que muchos de nosotros nos agobiamos por todo lo que “existe por ahí” es igualmente cierto; pero también lo es el que o se genera mucho ruido, mucha información inválida, incierta, dudosa, cuando menos, o el que no podemos manejar la que sí es buena.
Alejandro Asúnsolo. @content_mk

 Fuente: rutgers.edu


Fuente: rutgers.edu

Sí, es otro de esos conceptos habituales en los posts, tuits, y artículos de actualidad. Y como todos los conceptos, o casi, es algo que existe desde hace tiempo, pero que se va configurando y adaptando a la nueva realidad. Lo que confiere al Big Data ese carácter un tanto más especial en los tiempos que corren es que se presenta como eso que todos entendemos que es necesario pero que muy pocos saben cómo y qué hacer al respecto. Es el mal del siglo XXI: saber que lo estás haciendo mal pero seguir porque no puedes pararte a pensarlo demasiado.

¿Qué es el Big Data?

Muchas cosas, pero, para que nos entendamos, el Big Data es cuando pasamos de pensar que nuestra información se puede almacenar en una base de datos convencional a darnos cuenta de que ya no es suficiente y, por lo tanto, de que necesitamos recursos, metodología, software, hardware y unas cuantas cosas más para poder ver la luz entre toda la información que recibimos, percibimos, intuimos y aun desconocemos de nuestro entorno.

Gobiernos, instituciones científicas y múltiples jugadores hace tiempo que dedican grandes recursos al correcto manejo de toda su información. El mismo Obama se benefició de ello para su reelección.

En el caso de las empresas, el Big Data aparece cuando realmente pasas de considerar un inventario o referencial de tus productos a contemplar que la información que manejas incluye, además, la información de tu CRM, de tu línea de logística, de tus interacciones en el Social Media, de tus campañas de Marketing de Contenidos, de tu club de fidelización, de los imputs de los medios tradicionales…, y así hasta algo tan grande que se convierte en… big.

El Big Data existe, como decíamos, desde hace mucho más tiempo que su nombre, pero la tecnología actual hace que sea un must en el mundo de las grandes empresas, ni qué decir tienen las que se dedican al e-commerce o se presentan como compañías omnicanal. Pero no es una cuestión de empresas. Gobiernos, instituciones científicas y múltiples jugadores hace tiempo que dedican grandes recursos al correcto manejo de toda su información. El mismo Obama se benefició de ello para su reelección.

McKinsey hablaba de que una empresa de retail podría aumentar sus márgenes operacionales gracias al Big Data en un 60%.

Por tanto, el Big Data es mucho más que software: es planificación, es conocimiento, es hardware (ojo al almacenamiento del que hablaré más abajo), son recursos y perfiles dedicados, es investigación y desarrollo, es consideraciones jurídicas y legales, es tiempo, tiempo y tiempo. Y eso es dinero, dinero y dinero. No pienso caer en el absurdo de discutir si es inversión o gasto. Si consideras lo segundo, no sigas leyendo

Tendrás que decidir qué información quieres frente a otra, priorizar tus necesidades de información, secuenciar tus consultas a esa información en función de los recursos disponibles.

Algo ha de haber cuando empresas como Oracle, Microsoft, SAP, HP, Dell estén invirtiendo cientos de millones en recursos e investigación del Big Data, y muy valiosos y numerosos son ya los head hunters desesperados por encontrar perfiles que tengan un nivel suficiente para abordar la responsabilidad del manejo de los grandes datos de una compañía.

Algunos detalles más:

  • Hace mucho más transparente y clara la información que se almacena. Ordena, clarifica, administra. Es, sin duda, uno de los valores más importantes de la compañía del presente.
  • Permite ampliar el ciclo de vida de la información con nuevas variables antes no conocidas o incluidas, maneja los elementos transaccionales.
  • Gracias a la información que se almacena y que maneja permite tomar decisiones de negocio mucho más cercanas a la realidad de los clientes.
  • La digitalización actual fortalece el “just in time” de la información, y, por tanto, de la reacción de las empresas ante lo que está sucediendo.
  • Es y será un elemento diferenciador frente a la competencia. La empresa que sepa manejar correctamente la ingente cantidad de información que existe estará muy por delante de la que se ha quedado con el concepto de Bussiness Intelligence o con la personalización de los mensajes.
  • Es una ventana al futuro. Los complejos y mejorados sistemas de medición de variables y estudios de comportamiento son ingredientes de un Big Data que permitirá adelantar posibles necesidades de negocio, posibles desviaciones de lo estimado y, como decía antes, acertar en la toma de decisiones.

Qué es “también” el Big Data

Pero hay algunos básicos que no podemos olvidar. Está claro que lo fácil es entender que un buen manejo de la información es útil, claro, pero considera como mínimo los siguientes elementos:

  • El Big Data también es almacenar muchas interferencias, muchos datos incomprensibles, o puestos en positivo, tanta información que tendrás que decidir cuál quieres frente a otra, priorizar tus necesidades de información, secuenciar tus consultas a esa información en función de los recursos disponibles. Hablé antes de planificación. Pues eso.
  • Es un entorno global, no solo refiere a la información de uno de los elementos que vas a considerar. Has de considerar cada elemento de la cadena de tus datos como una pieza en absoluto independiente del resto. Una incidencia recogida en la cadena de suministro ha de incidir en tu información del call center, una queja en Facebook ha de tener un impacto directo en tu base de datos de clientes, o una mejora en los procesos de gestión de las cajas ha de verse reflejada y medida en tu sistema de información. Y puedes estar manejando variables que tienen cadencias distintas, modelos de comportamiento distinto. Es ciencia, no lo dudes.

Current supply chain management must be concerned with multi-dimensional data that includes temporal and geospatial elements. Examples of temporal data are the acquisition of data from sources such as the Internet, speech and video data, real-time imaging from satellites, and ground-based sensors. Such inputs can be difficult to analyze because the different sources that comprise the data stream have different latencies. Moreover, the amount of temporal data is growing exponentially. Geospatial data, on the other hand, tracks location, whether that of a storm, a car, or a tornado that may render impassible to your trucks certain highways, thus demanding quick redirection to avoid time lost and equipment damage. For shippers, for example, both elements come into play: it is useful to know the location of ships, containers, and even packages in real time and/or two days prior in order to see if interim movement in is unusual and requires action. Coupled with temporal data, a logistics analyst can make informed decisions as events in his supply chain unfold.

Five Steps To Master Big Data and Predictive Analytics in 2014. Forbes.

  • Los datos son sensibles. Quién va a tener acceso, qué datos estás almacenando y dónde, qué usos vas a dar. Son básicos de cualquier entorno de manejo de información más o menos delicada, pero si hablamos de un Big Data has de plantearte que hablamos igualmente de una big sensibilidad. Asegura bien este asunto si no quieres que a medio plazo tengas que superar una auditoría que probablemente te dará muchos problemas
  • El saber sí ocupa lugar. Y mucho. Uno de los problemas actuales es, sin duda, el que refiere al almacenamiento de los datos. Wallmart maneja 1.000.000 de transacciones de sus clientes cada hora, o Facebook, que tiene más de 50 billones (americanos) de imágenes. Se considera que las empresas duplican su información en 1,2 años. Y dónde metemos todo esto. Hay buenas soluciones en el mercado, pero cuestan y merece lo que cuestan, ¿o te vas a poner tonto con las copias de seguridad?
  • No es lugar para novatos. No dejes el Big data en manos de quien no sabe, y que sepa mucho. Los perfiles necesarios han de ser multidisciplinares, especialistas y deben conocer muy bien los entramados de tus modelos de negocio. Hay necesidades de conocimientos técnicos y de negocio, normalmente necesitarás un equipo bastante completo de personas que dediquen todo su tiempo a mejorar los sistemas de almacenamiento, procesamiento, análisis, depuración y desarrollo.
  • Tener muchos datos sin inteligencia es lo mismo que no tenerlos. Otro de los grandes errores es entrar en el mundo del Big Data para luego no tener recursos, tiempo o sencillamente sensibilidad empresarial como para no utilizarlos, y para utilizarlos bien, tendrás que pasar del Big Data al Smart Data, cosa nada fácil si no se sabe hacer.

Como verás, es un tema del que no se puede prescindir, pero del que tampoco se puede pensar que es sencillo, fácil y solucionable con un buen software, por muy buena que sea la empresa que nos lo quiera vender.

Cinco mitos del Marketing de Contenidos

Minientrada

Me han parecido totalmente certeros. Te cito aquí los cinco mitos del Marketing de Contenidos que   nos cuenta sin tapujos.

Es bueno que los tengas en cuenta, que luego vienen los lamentos…

Mitos que NO, insistimos, NO son verdad.

  1. El Marketing de Contenidos es fácil
  2. El Marketing de Contenidos no requiere mucho tiempo
  3. El Marketing de Contenidos se hace solo
  4. El Marketing de Contenidos es barato
  5. Cualquiera de la plantilla puede hacerse cargo del Marketing de Contenidos de tu empresa.

No olvidar, y, sobre todo, hacer que no lo olviden los CEOs y directores…