¿Por qué Clooney nos explica la compra de Whatsapp?

Cuando Clooney grita en el espacio su “transmitiendo a ciegas” porque no sabe si alguien le escucha, nos recuerda mucho a los que publicamos un post en un blog, en Facebook, en Twitter… Con la mensajería instantánea y ese doble icono de “leído” tenemos la confirmación de que Houston nos está escuchando. ¿Por qué Whatsapp interesa? Porque es una red social mucho más eficaz.
Alejandro Asúnsolo. @content_mk

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Homo economicus

Que el ser humano tiende a economizar es de todos sabido: hacer más por menos, ganar más por menos, conseguir más por menos. Es la teoría de John Stuart Mill del homo economicus”. En el lenguaje sucede lo mismo: en nuestra comunicación el lenguaje también es económico, de ahí que rápidamente surjan las abreviaturas, que acortemos las palabras y que tendamos siempre a la estructura sencilla en nuestras oraciones.

No tenemos tiempo

Sobra decir que el uso del tiempo en la comunicación es el camino de ladrillos amarillos hacia el éxito. En la sociedad actual se producen cientos de miles de informaciones al instante e irremediablemente hemos de decidir cuál ver, leer, visualizar, cuál dejar para después (decidme, ¿realmente hay un después en el que leemos todo eso que tanto nos interesaba, o acumulamos listas que terminarán por ser borradas definitivamente?) o para nunca.

La comunicación por mensajería exige e implica que los textos sean breves, rápidos, dado que se supone estamos en una conversación con el otro “a la espera”, y se produce una situación casi de tensión, a todos nos sucede, mientras vemos ese “escribiendo” en la pantalla.

El CEO de Google afirmó que la Humanidad había creado hasta 2003 una cantidad equivalente a 5 Exabytes, y añadió que ahora esta cifra se generaba en 2 días.

WhatsApp

Es decir, hay que ir al grano, en lo que se lee, pero también en lo que se produce. Y, por lo tanto, hemos de disponer de medios y métodos de enviar y compartir información rápidos, instantáneos y con el poder de alcance suficiente como para que merezcan la pena. La filosofía de Twitter fue clara y directa: sus 140 caracteres definían una declaración de principios; esto sirve, esto va rápido, esto no consume tu tiempo. Pero ahora, con los enlaces, videos, fotos insertadas…, se está desmadrando un poco, ¿no creéis?

La comunicación por mensajería exige e implica que los textos sean breves, rápidos, dado que se supone que estamos en una conversación con el otro “a la espera”, y se produce una situación casi de tensión, a todos nos sucede, mientras vemos ese escribiendo” en la pantalla. Eso hace que tengamos un lenguaje propio en los mensajes de texto, que ha provocado no pocas discusiones a los académicos y puristas de la lengua. Recomiendo aquí el excelente artículo del académico (y antiguo profesor del que escribe) Pedro Álvarez de Miranda “No hay que alarmarse” por si os pica la curiosidad.

Transmitiendo a ciegas. La comunicación ha de ser eficaz

Como las abreviaturas de las que hablábamos antes, no valen todas, y cualquiera que tenga un poco de manejo del lenguaje y la ortografía sabrá que existen convencionalismos para crear abreviaturas aceptadas por la sociedad; si quitáramos ciertas letras al abreviar podríamos estar pasándonos y dejar un vocablo no pronunciable, o provocar confusión entre posibles soluciones.

Cuando lanzamos un mensaje en un blog, en Twitter, en Facebook, estamos lanzando mensajes a ciegas que no hacen sino aumentar el nerviosismo sobre su éxito.

Pero hay algo más, la existencia de una comunicación exige que el mensaje se reciba, por alguien, por muchos, pero ha de recibirse. Y aquí tenemos el punto de inflexión. Desde que Facebook entró en su dinámica comercial para mantenerse en el parqué de Nueva York a costa de sus elementos fundacionales, nuestra emisión de mensajes en el muro azul no siempre tiene receptor asegurado, es muchas veces un grito al aire, que nos recuerda a Clooney en Gravity y sus “Transmitiendo a ciegas”, donde lanzaba su grito desesperado aceptando la posibilidad remota de que Houston le escuchara.

Twitter, que aún sigue siendo fiel en no hacer la aparición aleatoria, tiene el problema de que si somos fieles seguidores de todo lo que nos interesa, cada vez que lo consultamos vemos cómo hay ya tantos que algunos desaparecen entre un paréntesis que indica que hay más. Y si el tiempo es breve podríamos optar por darlos por perdidos.

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Cuando enviamos un mensaje queremos y tenemos información de qué está pasando. “Escribiendo”, “leyendo”, “leído”. Y nos quedamos tranquilos, y aceptamos el cierre del ciclo de la comunicación. Sin embargo, cuando lanzamos un mensaje en un blog, en Twitter, en Facebook, estamos lanzando mensajes a ciegas que no hacen sino aumentar el nerviosismo sobre su éxito.

En definitiva, la información en la mensajería instantánea es, precisamente, instantánea, eficaz. Y disponemos de información sobre lo que ha pasado con ella. Poco le queda, y, si no, al tiempo que sepamos en los grupos de chat quién y quién no ha leído el mensaje.

Que la mensajería es una red social no lo duda nadie, que tiene posibilidades que no tienen otros medios es una certeza, y que si no puedes con tu enemigo, únete a él (en versión post siglo XX: cómpralo) es lo que está pasando.

Falsos seguidores: llena tu tienda de gente que nunca te comprará ni hablará de ti.

Desgraciadamente muchas empresas (grandes o pequeñas) siguen obsesionadas con centrar su éxito en las redes sociales en la cifra de seguidores, sin importarles si son buenos, malos o simplemente falsos. Cerrar el objetivo anual en una progresión de fans es engañarse a sí mismos. Y a muy corto plazo no sirve para nada.
Alejandro Asúnsolo. @content_mk

No solo es de todos sabido que existen cientos de miles de cuentas falsas creadas para uso y disfrute de empresas que se dedican a su venta, lo peor es que está socialmente tan aceptado como que las páginas que se dedican a venderlos son transparentemente claras: si quieres tener seguidores tienes que tener seguidores, ¡compra!

Ejemplo de Twitter audit

Los argumentos son sencillos: aumentar tus seguidores puede aumentar tu atractivo, está claro, esto es como la vieja treta de hacer que haya cola en tu tienda (menguando cajeros) para que desde fuera todo el mundo piense que algo bueno se cuece dentro. Y lo peor es que funciona, somos así. También está el que es desolador ver cómo trabajas duro tu cuenta de Twitter o Facebook y fuera o lejos de tus amigos o familia a nadie le importas. Y además descubres que personas a las que sigues y no tienen ni la producción que tu tienes ni la calidad que tu empresa tiene ven que aumentan por cientos y miles sus seguidores.

La calidad de los seguidores tiene que ser comparada con la calidad de tus clientes, como, por ejemplo, los que posees en tu club de fidelización. Y de aquí, como en muchas otras cosas, el online tiene mucho que aprender del offline

¿Cómo lo hacen?

No te vuelvas loco, es muy fácil tener seguidores en las redes, cantidad y calidad no tienen el mismo precio. Buscas cantidad, dale al botón, puedes pagar con Paypal. Aumentarás tus seguidores a golpe de talón. Los precios son asequibles, cuanto más baratos más falsos, pero… ¿acaso te importa? Compra, compra. Te durarán poco. Las empresas como Twitter y Facebook tienen robots buscando estas cuentas para eliminarlas, pero el golpe de efecto está conseguido. Si quieres tener pistas de cómo reconocer fakes puedes leer este artículo de Reasonwhy: “Los seguidores falsos, el mercado negro de Twitter”. Igualmente hay muchas herramientas online para detectarlos, prueba con http://www.twitteraudit.com/.

fakespain

Si alguien no lo ha percibido, estaba siendo irónico. Vamos a la calidad. La calidad de los seguidores tiene que ser comparada con la calidad de tus clientes, como, por ejemplo, los que posees en tu club de fidelización. Y de aquí, como en muchas otras cosas, el online tiene mucho que aprender del offline.

Pregúntate cuántas empresas de nuestro país tienen en sus objetivos la cifra de seguidores, así, sin más, anuales, y su crecimiento con respecto al anterior. Demasiadas. Si lo que importa es la cifra, te sale más barato comprar seguidores que tener un Community Manager por muy mal que le pagues

Hace ya decenios que las empresas trabajan vía fidelización a los clientes que mejor se comportan con ellos, y viceversa. Promociones especiales, quedadas, participación en la estrategia de la compañía y no hablemos del Social Media, donde se invierte la flecha y el cliente fiel, el verdadero fan, decide más que los sesudos estrategas del CRM. Hace decenios también que se trabaja con los ratios de conversión, de compra de los clientes para saber a quién premiar o quién nos interesa más. Y hace ya un par de años que el Big Data no es otra cosa que buscar el centro de la diana de mis acciones.

¿Por qué no hacemos lo mismo? Quizá porque en un mercado inmaduro y desconocido todavía, sí, lamentablemente, nos quedamos con las cantidades antes que con las calidades. Pregúntate cuántas empresas de nuestro país tienen en sus objetivos la cifra de seguidores, así, sin más, anuales, y su crecimiento con respecto al anterior. Demasiadas. Si lo que importa es la cifra, te sale más barato comprar seguidores que tener un Community Manager por muy mal que le pagues. Eso sí, no te va a servir para otra cosa que para seguir engañándote a ti mismo y a tu empresa. Tú verás.

Numberoftweets

Entonces, ¿cómo mido si lo estoy haciendo bien?

Si lo que quieres es saber realmente cómo enfocar una estrategia social que no se base en la absurda (si solo cuentas con ella, ojo, es importante) cifra de seguidores, tienes que bajar mucho más. Obviamente términos como “reach” o “índice de interacción” o “seguimiento de ratios de eficacia de comunicación” tienen que estar en tu tabla de objetivos.

La propia cuenta oficial de Twitter te da pistas:

  • Crecimiento de seguidores
  • Calidad y engagement de esos seguidores
  • Reach, o cuántas interacciones (favorito, retuit) hacen.
  • Tráfico, o cuántas visitas de tu web provienen de esa cuenta de Twitter
  • Conversión, o cuántos completan el ciclo que te interesa (compran, solicitan un presupuesto…)

Puedes acceder desde el mismo enlace a sus partners certificados, que te ofrecen herramientas de todo tipo para trabajar los pilares del buen trabajo en tu cuenta oficial:

Parther Twitter

Fuera de partners oficiales te recomiendo dos artículos que te serán útiles para empezar a cambiar tu forma de trabajar con tu cuenta de Twitter:

Hashtags… ¿Alguien sabe cómo se usan y para qué sirven?

Existen en Twitter desde 2007 y ya se han extendido a casi todas las redes sociales (Facebook, Instagram, Pinterest…). La almohadilla nació con la intención de agrupar los contenidos por #temas. Hoy sufre abusos, malos tratos y fraudes, pero sigue siendo vital para cualquiera que quiera moverse en el mundo de las comunidades (y más).
Alejandro Asúnsolo. @content_mk

La verdad es que parece que siempre han estado allí, y que siempre se han usado. Pero, como todo, están en proceso de evolución, sobre todo desde que los hashtags se han convertido por derecho propio en el modo más sencillo de declarar un contenido como tema, de agrupar búsquedas, o, sencillamente, de servir de promoción.

propuesta de hashtag


Tuit de @chrismessina que propone el uso de la almohadilla (#) en 2007

Tanto es así que la línea entre lo que conocemos como “tag” o “etiqueta” en el mundo de la clasificación y del marcado de contenidos poco se distingue en muchos casos de la famosa almohadilla de la que estamos hablando, de hecho, se ha convertido en lo mismo.

Kenneth Cole utilizó #cairo en un momento desafortunado para hablar de su colección y tuvo que pedir perdón rápidamente, además de retirarlo.

Pero el uso del hashtag es algo que, de tan normalizado, acaba por ser un elemento “que tenemos que poner”, pero cuyo uso no demasiadas veces es el correcto o el que realmente necesitamos para mejorar nuestra estrategia de contenidos.

¿Qué hacer con los hashtags?

Twitter es escueto en su página de soporte sobre el uso del hashtag:

  • Las personas usan el símbolo de etiqueta (#) antes de una palabra clave o frase relevantes (sin espacios) en sus tuits para categorizarlos y que figuren con mayor facilidad en la búsqueda de Twitter.
  • Al hacer clic en una palabra etiquetada de cualquier mensaje, se muestran todos tus otros tuits marcados con dicha palabra clave.
  • Las etiquetas pueden aparecer en cualquier parte de un tuit: al principio, en el medio o al final.
  • Las palabras etiquetadas que se vuelven muy populares son con frecuencia temas del momento.
  • Si tuiteas con una etiqueta desde una cuenta pública, cualquiera que busque dicha etiqueta puede encontrar tu tuit.
  • No envíes #spam #con #etiquetas. No uses demasiadas etiquetas en un solo tuit.
  • Usa etiquetas solamente en tuits relevantes para el tema.
 Fuente: handsonblog.org


Fuente: handsonblog.org

Internet está plagado de artículos sobre consejos de buen uso de los hashtags. Recopilo aquí una buena lista de ellos:

  1. Úsalos para categorizar y clasificar tus contenidos.
  2. Utilízalos para crear frases gancho asociadas a tu marca o a la campaña en la que estás trabajando: así puedes decir #aniversario y #celebraconnosotros.
  3. Utilízalos para extender el alcance del contenido que propones: no solo se trata del tópico principal, sino que puedes asociarlo a hashtags populares o temáticos que tienen que ver con lo que cuentas. Si quieres promocionar un coche, puedes utilizar los hashtags #aventura o #viaje …
  4. Crea tú los hashtags para iniciar una campaña y conseguir su difusión: hoy lo ves en todos los programas populares de televisión. Muchas campañas hacen del hashtag el punto de partida de su línea de campaña. Ben & Jerry´s habló de la “semana del tiburón”, y creó hashtags en torno a la palabra “tiburón”.
  5. Elige bien tus hashtags: no son para tu uso y disfrute, recuerda que son para que otros usuarios o lectores te encuentren y te conozcan; expresiones complicadas que solo tú o tu marca comprendéis es un absurdo.
  6. Haz un test de tus hashtags: es sencillo, utilízalos como usuario que busca información, y descubre su alcance y quiénes están hablando de ello. Muchas veces puedes llevarte sorpresas como que son demasiado genéricos o que no son realmente entendidos como tú pensabas. En Facebook puedes testarlos haciendo un post que solo veas tú.
  7. Que sean cortos, sencillos de leer: olvida esos hashtags que coinciden con tu claim, del tipo #estamosaquíparaayudarteentodo, o con letras complicadas de enlazar. NO uses abreviaturas, o siglas complicadas, han de ser legibles. Recuerda, en el caso de Twitter, que además estás quitando espacio a tus 140 caracteres.
  8. Utilízalos para crear conversaciones en torno a un tema, no solo como clasificación.
  9. Haz un seguimiento directo y constante: puede que en la propia conversación el hashtag que tú has pensado ha venido a menos porque alguien ha decidido añadir algo distinto, o abrir una conversación paralela y tiene mucho más alcance que el original. No luches, participa del nuevo.
  10. Haz que participen de tu hashtag: en Facebook, aunque es reciente, es muy diferente hablar de obtener un like a que el lector participe de la conversación usando a su vez ese hashtag.
  11. No uses muchos: si bien Twitter recomienda el uso de dos por cada tuit que escribas, un estudio sobre más de 1,7 millones de tuits habla de 5, aunque eso es algo que aquí puede parecer excesivo. “Hashtags are often underrated and 5 hashtags is a good number according to this report. Five hashtags gets an average of 0.301 retweets vs 0.116 retweets with no hashtag. That is nearly a 300% improvement.” (Jeff Bullas).
  12. Ten cuidado, no utilices un hashtag que te puede venir bien para aprovecharte de algo que está sucediendo, como le sucedió al diseñador Kenneth Cole, que utilizó #cairo para hablar de su colección y tuvo que pedir perdón rápidamente, además de que tuvo que retirarlo.

Aquí te dejo algunos enlaces de utilidad: