Vamos a hacer un viral. Teoría de las catástrofes

Vamos a hacer un viral. Estas son las palabras que más han precedido a las grandes catástrofes en departamentos de Marketing de grandes y pequeñas empresas. Se sabe lo que resulta viral, sí, pero el destino es muchas veces, menos mal, mucho más caprichoso que nuestros clientes o nuestros planes de ventas.
Alejandro Asúnsolo. @content_mk

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¿Sabías que existe una teoría de las catástrofes? Pues sí. Son teorías matemáticas que intentan explicar de una forma bastante compleja cómo en sistemas aparentemente estáticos aparecen elementos divergentes que, en un instante, desarticulan todo lo que esperábamos. Y no son tan viejas en el tiempo, nada menos que de los años 50, y entre otras cosas se están utilizando en teorías del comportamiento, gestión de cambios, evoluciones sociales…

Pues bien, no hay nada que llame tanto a la catástrofe que una reunión de ejecutivos o creativos encerrados en un salón bajo la premisa: “vamos a hacer una campaña viral”.

La viralidad tiene sus constantes, como se sabe y como voy a comentar, pero también es muy caprichosa. De hecho muchos de los virales más conocidos son precisamente errores de grandes compañías que en nada tenían ese propósito.

¿Pasarías una nota en clase con la lista de la compra o más bien un mensaje de amor?

Ya Aristóteles preparaba sus discursos en el Ágora buscando la mejor recepción, convencimiento de la audiencia y, por supuesto, éxito. Por eso hablaba del ethos, pathos y logos. Cientos de años después, dos profesores (ahora los más citados) de la  Wharton School, Universidad de Pennsylvania, hacen un estudio donde acaban por concluir que tampoco hemos cambiado demasiado, lo emocionante se comparte más, lo feliz se comparte más, lo sorprendente aunque desagradable, se comparte más. Lo que estamos pensando (está pasando) se comparte más. (Lee el artículo de Newyorker, The six things that make stories go viral will amaze, and maybe infuriate you)

Pero no puede ser todo cuestión de aplicar la matemática, si bien es cierto que tenemos los ingredientes para cocinar algo que merezca la pena compartir, si abusamos de alguno de ellos nos puede quedar, como en una receta, desastrosamente exagerado.

  • Demasiado emotivo.-  Te has pasado y, o bien has construido una campaña de impostura, y tus clientes y usuarios te han pillado de lleno, lo cual es el peor de los casos dado que vas a conseguir enemigos para siempre, o has cargado en la emoción el mensaje que posteriormente queda desdibujado. La sensibilidad es muy delicada, no todo el mundo tiene la misma, y podrías quedar marcado por la contracorriente. Piensa en Navidad, en día de la Madre, en el 14 de febrero y todos esos anuncios a los que solo les falta el logo de Disney para que solo interese a los inocentes, que de esos quedan pocos, creedme. Ese anuncio de la lotería de la Navidad…
  • Demasiado feliz.- La felicidad está muy bien, por supuesto, pero la felicidad no es ir sonriendo por todos los lugares sin alma debajo (no, no eres el Joker) ni tampoco es a costa de una realidad que se impone y donde parece que a costa de echar paladas de azúcar vamos a enterrar una dolorosa experiencia de quien nos lee o nos escucha. Ser el más feliz de la sala te puede hacer el más popular, pero no siempre el líder, y en muchos casos te hará ser el más odiado de la sala, por envidia o por sensación de engaño. Ese anuncio de Campofrío…

Joker

  • Demasiado sorprendente.-  Está bien sorprender, pero la sorpresa depende de que uno se quiera sorprender y, más delicado, la sorpresa es un arma muy peligrosa que siempre lleva doble filo. Piensa en aquel día que quisiste sorprender a alguien y fue un desastre, apareciendo cuando no debías, o regalando algo que de no esperarse es que no se quería. El riesgo de la sorpresa es que genera demasiada expectativa en el emisor, y lo que queremos conseguir realmente es una reacción del receptor. Son a veces tensiones paralelas.
  • Demasiado actual.- Está bien que seas actual, pero una de dos, o la actualidad va mucho más rápido que tú y tu campaña o comunicación queda desfasada antes de que siquiera termine, o estás siendo uno más, eliminando el factor sorpresa o incluso el emotivo, porque el “todo el mundo habla de” es exactamente eso, que todo el mundo habla de lo mismo. Y luego está el que arriesga, el que apuesta por un patrocinio en el que el resultado es incierto, dejando en manos de un partido de fútbol el cierre del círculo de su campaña. Si España no gana, ya puedes decir que bravo por intentarlo, que lo importante es participar. Asociar tu éxito al de otros es asociar igualmente el fracaso.
  • Demasiado práctico. Los contenidos que resultan de utilidad se comparten más, por supuesto, pero antes tendrás que pensar en qué es lo que se quiere saber por parte de tu audiencia. Campañas y contenidos de enorme calidad, no lo dudo, que luego interesan a un mínimo 2 por ciento de tu audiencia son contrarios al retorno de inversión o a lo que estás, puede, buscando. Y no nos olvidemos del pathos, de la emoción. Ser demasiado práctico puede llevarte al camino de lo técnico y entonces estás abocado al fracaso. Piensa en cómo la mayoría de anuncios de coches evocan la conducción y la calidad de vida, reduciendo sin eliminar el elemento de practicidad como es el maletero o las eternas siglas ABS, ESP… “The Internet is just a world passing around notes in a classroom.”  decía el satírico Jon Stewart. ¿Pasarías una nota con la lista de la compra o más bien un mensaje de amor?

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  • Demasiado Tabú. Jugar con los tabúes da resultados, es obvio que al ser humano le gusta lo que roza lo prohibido, el morbo, la curiosidad, lo desconocido por no permitido. Se han conseguido grandes virales jugando con contenido sexual o aparentemente revolucionario. No lo dudamos. Pero es realmente complicado acertar con la tecla que hace que no pases de lo erótico a lo pornográfico, de lo curioso a lo que no queremos saber, de lo provocador al insulto. Es conocido que en este país, no digamos en Estados Unidos, siempre que sacas una campaña has de contar con un tanto por ciento de asociaciones que se van a sentir molesta: demasiado machista, demasiado feminista, demasiado político, demasiado falso. No te esfuerces: nunca va a llover a gusto de todos. Pero en la línea del juego con el tabú las reglas son mucho más complicadas. Y de nuevo la sensibilidad.
  • Demasiado viral. Y aunque no lo parezca, puede ser peligroso ser demasiado viral, porque puedes entrar en una dinámica de asociación que difícilmente vas a borrar de la mente del consumidor o al menos con la facilidad con la que se extendió. Y puedes estar obligado a “continuar” la historia que empezaste el año pasado, atar tu imagen a la del exitoso copy de la campaña del año pasado, dejando ya de ser un copy y pasando a ser tozudamente una parte de tu marca que no siempre querrás mantener.

¿Por qué Clooney nos explica la compra de Whatsapp?

Cuando Clooney grita en el espacio su “transmitiendo a ciegas” porque no sabe si alguien le escucha, nos recuerda mucho a los que publicamos un post en un blog, en Facebook, en Twitter… Con la mensajería instantánea y ese doble icono de “leído” tenemos la confirmación de que Houston nos está escuchando. ¿Por qué Whatsapp interesa? Porque es una red social mucho más eficaz.
Alejandro Asúnsolo. @content_mk

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Homo economicus

Que el ser humano tiende a economizar es de todos sabido: hacer más por menos, ganar más por menos, conseguir más por menos. Es la teoría de John Stuart Mill del homo economicus”. En el lenguaje sucede lo mismo: en nuestra comunicación el lenguaje también es económico, de ahí que rápidamente surjan las abreviaturas, que acortemos las palabras y que tendamos siempre a la estructura sencilla en nuestras oraciones.

No tenemos tiempo

Sobra decir que el uso del tiempo en la comunicación es el camino de ladrillos amarillos hacia el éxito. En la sociedad actual se producen cientos de miles de informaciones al instante e irremediablemente hemos de decidir cuál ver, leer, visualizar, cuál dejar para después (decidme, ¿realmente hay un después en el que leemos todo eso que tanto nos interesaba, o acumulamos listas que terminarán por ser borradas definitivamente?) o para nunca.

La comunicación por mensajería exige e implica que los textos sean breves, rápidos, dado que se supone estamos en una conversación con el otro “a la espera”, y se produce una situación casi de tensión, a todos nos sucede, mientras vemos ese “escribiendo” en la pantalla.

El CEO de Google afirmó que la Humanidad había creado hasta 2003 una cantidad equivalente a 5 Exabytes, y añadió que ahora esta cifra se generaba en 2 días.

WhatsApp

Es decir, hay que ir al grano, en lo que se lee, pero también en lo que se produce. Y, por lo tanto, hemos de disponer de medios y métodos de enviar y compartir información rápidos, instantáneos y con el poder de alcance suficiente como para que merezcan la pena. La filosofía de Twitter fue clara y directa: sus 140 caracteres definían una declaración de principios; esto sirve, esto va rápido, esto no consume tu tiempo. Pero ahora, con los enlaces, videos, fotos insertadas…, se está desmadrando un poco, ¿no creéis?

La comunicación por mensajería exige e implica que los textos sean breves, rápidos, dado que se supone que estamos en una conversación con el otro “a la espera”, y se produce una situación casi de tensión, a todos nos sucede, mientras vemos ese escribiendo” en la pantalla. Eso hace que tengamos un lenguaje propio en los mensajes de texto, que ha provocado no pocas discusiones a los académicos y puristas de la lengua. Recomiendo aquí el excelente artículo del académico (y antiguo profesor del que escribe) Pedro Álvarez de Miranda “No hay que alarmarse” por si os pica la curiosidad.

Transmitiendo a ciegas. La comunicación ha de ser eficaz

Como las abreviaturas de las que hablábamos antes, no valen todas, y cualquiera que tenga un poco de manejo del lenguaje y la ortografía sabrá que existen convencionalismos para crear abreviaturas aceptadas por la sociedad; si quitáramos ciertas letras al abreviar podríamos estar pasándonos y dejar un vocablo no pronunciable, o provocar confusión entre posibles soluciones.

Cuando lanzamos un mensaje en un blog, en Twitter, en Facebook, estamos lanzando mensajes a ciegas que no hacen sino aumentar el nerviosismo sobre su éxito.

Pero hay algo más, la existencia de una comunicación exige que el mensaje se reciba, por alguien, por muchos, pero ha de recibirse. Y aquí tenemos el punto de inflexión. Desde que Facebook entró en su dinámica comercial para mantenerse en el parqué de Nueva York a costa de sus elementos fundacionales, nuestra emisión de mensajes en el muro azul no siempre tiene receptor asegurado, es muchas veces un grito al aire, que nos recuerda a Clooney en Gravity y sus “Transmitiendo a ciegas”, donde lanzaba su grito desesperado aceptando la posibilidad remota de que Houston le escuchara.

Twitter, que aún sigue siendo fiel en no hacer la aparición aleatoria, tiene el problema de que si somos fieles seguidores de todo lo que nos interesa, cada vez que lo consultamos vemos cómo hay ya tantos que algunos desaparecen entre un paréntesis que indica que hay más. Y si el tiempo es breve podríamos optar por darlos por perdidos.

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Cuando enviamos un mensaje queremos y tenemos información de qué está pasando. “Escribiendo”, “leyendo”, “leído”. Y nos quedamos tranquilos, y aceptamos el cierre del ciclo de la comunicación. Sin embargo, cuando lanzamos un mensaje en un blog, en Twitter, en Facebook, estamos lanzando mensajes a ciegas que no hacen sino aumentar el nerviosismo sobre su éxito.

En definitiva, la información en la mensajería instantánea es, precisamente, instantánea, eficaz. Y disponemos de información sobre lo que ha pasado con ella. Poco le queda, y, si no, al tiempo que sepamos en los grupos de chat quién y quién no ha leído el mensaje.

Que la mensajería es una red social no lo duda nadie, que tiene posibilidades que no tienen otros medios es una certeza, y que si no puedes con tu enemigo, únete a él (en versión post siglo XX: cómpralo) es lo que está pasando.

Falsos seguidores: llena tu tienda de gente que nunca te comprará ni hablará de ti.

Desgraciadamente muchas empresas (grandes o pequeñas) siguen obsesionadas con centrar su éxito en las redes sociales en la cifra de seguidores, sin importarles si son buenos, malos o simplemente falsos. Cerrar el objetivo anual en una progresión de fans es engañarse a sí mismos. Y a muy corto plazo no sirve para nada.
Alejandro Asúnsolo. @content_mk

No solo es de todos sabido que existen cientos de miles de cuentas falsas creadas para uso y disfrute de empresas que se dedican a su venta, lo peor es que está socialmente tan aceptado como que las páginas que se dedican a venderlos son transparentemente claras: si quieres tener seguidores tienes que tener seguidores, ¡compra!

Ejemplo de Twitter audit

Los argumentos son sencillos: aumentar tus seguidores puede aumentar tu atractivo, está claro, esto es como la vieja treta de hacer que haya cola en tu tienda (menguando cajeros) para que desde fuera todo el mundo piense que algo bueno se cuece dentro. Y lo peor es que funciona, somos así. También está el que es desolador ver cómo trabajas duro tu cuenta de Twitter o Facebook y fuera o lejos de tus amigos o familia a nadie le importas. Y además descubres que personas a las que sigues y no tienen ni la producción que tu tienes ni la calidad que tu empresa tiene ven que aumentan por cientos y miles sus seguidores.

La calidad de los seguidores tiene que ser comparada con la calidad de tus clientes, como, por ejemplo, los que posees en tu club de fidelización. Y de aquí, como en muchas otras cosas, el online tiene mucho que aprender del offline

¿Cómo lo hacen?

No te vuelvas loco, es muy fácil tener seguidores en las redes, cantidad y calidad no tienen el mismo precio. Buscas cantidad, dale al botón, puedes pagar con Paypal. Aumentarás tus seguidores a golpe de talón. Los precios son asequibles, cuanto más baratos más falsos, pero… ¿acaso te importa? Compra, compra. Te durarán poco. Las empresas como Twitter y Facebook tienen robots buscando estas cuentas para eliminarlas, pero el golpe de efecto está conseguido. Si quieres tener pistas de cómo reconocer fakes puedes leer este artículo de Reasonwhy: “Los seguidores falsos, el mercado negro de Twitter”. Igualmente hay muchas herramientas online para detectarlos, prueba con http://www.twitteraudit.com/.

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Si alguien no lo ha percibido, estaba siendo irónico. Vamos a la calidad. La calidad de los seguidores tiene que ser comparada con la calidad de tus clientes, como, por ejemplo, los que posees en tu club de fidelización. Y de aquí, como en muchas otras cosas, el online tiene mucho que aprender del offline.

Pregúntate cuántas empresas de nuestro país tienen en sus objetivos la cifra de seguidores, así, sin más, anuales, y su crecimiento con respecto al anterior. Demasiadas. Si lo que importa es la cifra, te sale más barato comprar seguidores que tener un Community Manager por muy mal que le pagues

Hace ya decenios que las empresas trabajan vía fidelización a los clientes que mejor se comportan con ellos, y viceversa. Promociones especiales, quedadas, participación en la estrategia de la compañía y no hablemos del Social Media, donde se invierte la flecha y el cliente fiel, el verdadero fan, decide más que los sesudos estrategas del CRM. Hace decenios también que se trabaja con los ratios de conversión, de compra de los clientes para saber a quién premiar o quién nos interesa más. Y hace ya un par de años que el Big Data no es otra cosa que buscar el centro de la diana de mis acciones.

¿Por qué no hacemos lo mismo? Quizá porque en un mercado inmaduro y desconocido todavía, sí, lamentablemente, nos quedamos con las cantidades antes que con las calidades. Pregúntate cuántas empresas de nuestro país tienen en sus objetivos la cifra de seguidores, así, sin más, anuales, y su crecimiento con respecto al anterior. Demasiadas. Si lo que importa es la cifra, te sale más barato comprar seguidores que tener un Community Manager por muy mal que le pagues. Eso sí, no te va a servir para otra cosa que para seguir engañándote a ti mismo y a tu empresa. Tú verás.

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Entonces, ¿cómo mido si lo estoy haciendo bien?

Si lo que quieres es saber realmente cómo enfocar una estrategia social que no se base en la absurda (si solo cuentas con ella, ojo, es importante) cifra de seguidores, tienes que bajar mucho más. Obviamente términos como “reach” o “índice de interacción” o “seguimiento de ratios de eficacia de comunicación” tienen que estar en tu tabla de objetivos.

La propia cuenta oficial de Twitter te da pistas:

  • Crecimiento de seguidores
  • Calidad y engagement de esos seguidores
  • Reach, o cuántas interacciones (favorito, retuit) hacen.
  • Tráfico, o cuántas visitas de tu web provienen de esa cuenta de Twitter
  • Conversión, o cuántos completan el ciclo que te interesa (compran, solicitan un presupuesto…)

Puedes acceder desde el mismo enlace a sus partners certificados, que te ofrecen herramientas de todo tipo para trabajar los pilares del buen trabajo en tu cuenta oficial:

Parther Twitter

Fuera de partners oficiales te recomiendo dos artículos que te serán útiles para empezar a cambiar tu forma de trabajar con tu cuenta de Twitter:

¿Amor intenso de una noche o relación duradera? Super Bowl y Marketing de Contenidos

¿Qué prefieres, un impacto brutal en un momento determinado o pequeños golpecitos de largo recorrido? Poner un anuncio en la Super Bowl es un tsunami de comunicación. Pero a veces es mejor una tormenta diaria que acabe calando en la mente del consumidor. Y aún mejor es… hacer ambas cosas. 
Alejandro Asúnsolo. @content_mk

superbowl

Es una cuestión en la que pensar. La Super Bowl siempre nos deja cientos de miles de posts, comentarios y mucho, mucho viral y much estudio posterior de Social Media. Es un evento que cualquier responsable de marketing debe conocer y, cuando menos, investigar.

El tema no es si se hizo bien, si una cosa es mejor que otra. Lo sé, detrás de todo esto acaba apareciendo la absurda y aún existente dicotomía de si se invierte en marketing online más o menos que en offline

No me gusta que se abuse de las traducciones de posts en otros idiomas (inglés en un 90% de los casos), pero en este caso voy a hacer una excepción citando lo que uno de los grandes del Content Marketing, Joe Pulizzi, ha hecho esta vez: calcular lo que se podría haber hecho con la inversión de un anuncio de la Super Bowl en términos de Marketing de Contenidos. Añadiré, por supuesto, elementos de mi cosecha. Pero antes de nada, el artículo lo podéis leer aquí: What Can a Super Bowl Ad Buy You in Content?

El tema no es si se hizo bien, si una cosa es mejor que otra. Lo sé, detrás de todo esto acaba apareciendo la absurda y aún existente dicotomía de si se invierte en marketing online más o menos que en offline. Suena del siglo XX, pero aún le queda, desgraciadamente, recorrido. No voy a caer en lo que critico. El tema es precisamente la reflexión de si nos interesa estar en un evento como este, con la enorme repercusión que tiene, pero también con el recorrido temporal en la mente de los “contsumidores”: un potente e impactante momento o un suave y constante recorrido. No, no hay respuesta, porque no hay una sola estrategia, ni una sola marca, ni un solo target. Analiza, piensa y decide: ¿amor de una noche, intenso, o relación duradera? Incomparables.

Dudo mucho de que todos estos anunciantes al menos en los dos últimos años hayan pensado en su campaña de la Super Bowl sin un cuadriculado estudio de cómo hacer después para que ese anuncio perdure en el tiempo, socialice, viralice y amplíe la audiencia

133.000 dólares el segundo

Es el cálculo de lo que cuesta un anuncio en la Super Bowl. El alcance: 115 millones de audiencia en ese momento, y lo que deje después en Social Media, pero:

- Podrías tener 53 números de tu propia revista, 32 páginas a color para ser enviada a 25.000 clientes. Incluyendo todos los gastos: diseño, producción, impresión y envío. Con esa media, al menos de 25 minutos por persona, son más de 20 horas de atracción por cliente.

- 17.750 posts publicados, con una media de 225 dólares el post. Si calculas que un post con alcance se comparte alrededor de 600 veces en un período de seis meses, significa que se ha compartido más de 10 millones de veces.

- 1.300 reportajes completos sobre un tema, calcula: tienes para uno al día los dos próximos años…

- Puedes contratar tu propio Chief Content Officer (sí, aquí los americanos van por delante y tienen el perfil de Marketing de Contenidos muy claro y definido, lejos estamos…) para que desarrolle tu estrategia de contenidos durante 27 años con un salario medio de 150.000 dólares al año (¿qué os había dicho?) o un director editorial a 90.000 dólares al año durante 44 años.

- 17 eventos de gran escala con 250 clientes cada evento, hablamos de 30 speakers, comida y entretenimiento, claro. Da para jamón del bueno.

- 50 libros de aproximadamente 225 páginas que desarrollan tu marca, todo incluido.

- 400 infografías.

No está nada mal, ¿eh?

Insisto, no creo que algo sea mejor o peor, es cuestión de impacto y estrategia, pero todos los indicadores en Social Media apuntan a la fidelización por el contenido que generamos (nosotros o nuestros clientes) que construye, soporta y establece una potente relación horizontal entre tu marca y tus seguidores.

¿Y si hacemos la dos?

Cada vez más, especialmente los dos últimos años, las grandes empresas son conscientes de la capacidad de alcance de su anuncio en la Super Bowl, pero lo son aún más del alcance al que pueden llegar con un mix, donde el amor de una noche se convierte además en una hermosa historia de amor. Para ello, se construyen cada vez más virales, seguro que todos hemos visto ya muchos de ellos (¿alguien no conoce ya el de Budweiser?) y no olvidemos el espectacular anuncio de Apple de 1984 que nos daba pista en la Super Bowl de hace nada menos que 30 años. Recomiendo aquí la lectura del reciente artículo de Forbes, Viral Ads Take Priority in Super Bowl 2014.

Aquí la estrategia es como la guerra. Todo vale: desde aprovechar el apagón por Oreo hasta inventarse campañas que no existen, pasando, por supuesto, por la lágrima fácil, el sentimentalismo o lo impactante. En todo caso dudo mucho de que todos estos anunciantes, al menos en los dos últimos años, hayan pensado en su campaña de la Super Bowl sin un cuadriculado estudio de cómo hacer después para que ese anuncio perdure en el tiempo, socialice, viralice y amplíe la audiencia durante semanas o, solo Jobs supo hacerlo, durante más de 30 años.

Ahora “trending” en Facebook. Seguimos sin creeros.

Una vez más Facebook anuncia una mejora o novedad (al menos la ha anunciado) que consiste básicamente en copiar el concepto de “trending” que ya conocemos de Twitter. La diferencia es que, al contrario que la red del pajarito Larry, la poca transparencia y el obsesivo “tienes que pagar para que te conozcan” abocan a que no nos lo creamos. 
Alejandro Asúnsolo. @content_mk

Hace unos días Facebook anunció su “nuevo productotrending, que está diseñado para “surface interesting and relevant conversations in order to help you discover the best content from all across Facebook”, es decir, para ayudarnos a encontrar temas importantes y navegar por ellos.

Todos los servicios acabarán por ser tan parecidos que acabaremos cansados y será cuando busquemos la novedad en otras partes.

Espera: ¿nuevo producto? Espera más: ¿para que descubramos los mejores contenidos en Facebook? Espera: ¿para ayudarnos a todos?

Trending 1

No es nuevo que las empresas presenten funcionalidades y mejoras como un nuevo producto, nuevo elemento, nueva idea, que, por supuesto, ni es nuevo ni es suyo. Pero esta no es la cuestión, el que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Básicamente ahora Facebook nos viene a decir que quiere ser más Twitter y va a presentarte los trending o temas más importantes en función de tus gustos, usos y demandas. Bueno, tampoco tendría nada de malo ni de bueno, hasta aquí no deja de ser algo en lo que creo firmemente: que todos los servicios acabarán por ser tan parecidos que acabaremos cansados y será cuando busquemos la novedad en otras partes. Instagram tendrá texto; Pinterest servirá, ya lo hace, para promocionar anuncios y enlazar a blogs; Twitter inventará algo para saltarse los 140 caracteres sin que lo parezca y Google puede que algún día dé con la clave del éxito sin obligar a sus millones de usuarios de gmail o buscador a pasar por el aro.

¿Cómo funcionará y qué topics serán trending?

  1. Tus intereses y selección de gustos, además de las páginas que sigues (páginas comerciales)
  2. La autoridad de las personas alrededor de ese topic
  3. La novedad del tema, o cuánto tiempo lleva en Facebook
  4. El nivel de engagement, es decir, de gancho, que tenga el topic

Para ayudarnos… ¿a todos? No lo creo

Sigue sin sorprendernos, pero a diferencia de otros jugadores en esto de lo social, lo pongo bastante más en duda si está en manos de Facebook. Porque de todos es sabido que Facebook hace finalmente lo que le da la gana, y bajo un tremendo y opaco logaritmo que nadie es capaz de traducir, acaba haciendo que volvamos al siglo XX, donde pagas por la publicidad en función de la audiencia, donde tu contenido, aunque relevante, solo llega al 10% de tus fans si no estás dispuesto a pasar por caja, y donde nunca, nunca, sabes, al pasear por tu muro, si se te está escapando algo genial porque no sabes si es última noticia, si es destacado (tampoco nadie entiende estas agrupaciones), pero por lo que no se ha pagado.

Os invito a ver el siguiente vídeo que lo explica a las mil maravillas:

Por lo tanto, y de momento, ponemos en duda, y mucho, el uso más allá de los beneficios comerciales que pueda suponer para las agencias de comunicación que exprimirán a sus clientes con la necesidad de invertir para que tu tema o topic sea trending, para que lo puedan anunciar en directo los programas de televisión: “Somos trending en Facebook”.

Por supuesto, ya tenemos cientos de artículos explicando y aportando información sobre cómo trabajar mejor para estos nuevos trending. Recomiendo el artículo de Jesse Aaron “Preparing for the New Facebook Trending Feature”, que desglosa uno a uno esos elementos que consideran los trending y aconseja sabiamente cómo actuar y qué pasos dar.

A los usuarios de a pie, los humildes fans y las pequeñas empresas y emprendedores nos seguirá suponiendo un quebradero de cabeza y nos alejará aún más de lo que se supone que es el lugar donde una idea interesante se hace fuerte por sí misma, y donde todos tenemos las mismas oportunidades.

Siempre nos quedará la opción del vídeo de los gatitos, los bebés o que el hado del destino convierta un vídeo o imagen nuestra en algo viral.

¿Y qué hacemos, después, con los datos? Iniciación al Big Data

Que nadamos en un mundo de información nadie lo niega, que muchos de nosotros nos agobiamos por todo lo que “existe por ahí” es igualmente cierto; pero también lo es el que o se genera mucho ruido, mucha información inválida, incierta, dudosa, cuando menos, o el que no podemos manejar la que sí es buena.
Alejandro Asúnsolo. @content_mk

 Fuente: rutgers.edu


Fuente: rutgers.edu

Sí, es otro de esos conceptos habituales en los posts, tuits, y artículos de actualidad. Y como todos los conceptos, o casi, es algo que existe desde hace tiempo, pero que se va configurando y adaptando a la nueva realidad. Lo que confiere al Big Data ese carácter un tanto más especial en los tiempos que corren es que se presenta como eso que todos entendemos que es necesario pero que muy pocos saben cómo y qué hacer al respecto. Es el mal del siglo XXI: saber que lo estás haciendo mal pero seguir porque no puedes pararte a pensarlo demasiado.

¿Qué es el Big Data?

Muchas cosas, pero, para que nos entendamos, el Big Data es cuando pasamos de pensar que nuestra información se puede almacenar en una base de datos convencional a darnos cuenta de que ya no es suficiente y, por lo tanto, de que necesitamos recursos, metodología, software, hardware y unas cuantas cosas más para poder ver la luz entre toda la información que recibimos, percibimos, intuimos y aun desconocemos de nuestro entorno.

Gobiernos, instituciones científicas y múltiples jugadores hace tiempo que dedican grandes recursos al correcto manejo de toda su información. El mismo Obama se benefició de ello para su reelección.

En el caso de las empresas, el Big Data aparece cuando realmente pasas de considerar un inventario o referencial de tus productos a contemplar que la información que manejas incluye, además, la información de tu CRM, de tu línea de logística, de tus interacciones en el Social Media, de tus campañas de Marketing de Contenidos, de tu club de fidelización, de los imputs de los medios tradicionales…, y así hasta algo tan grande que se convierte en… big.

El Big Data existe, como decíamos, desde hace mucho más tiempo que su nombre, pero la tecnología actual hace que sea un must en el mundo de las grandes empresas, ni qué decir tienen las que se dedican al e-commerce o se presentan como compañías omnicanal. Pero no es una cuestión de empresas. Gobiernos, instituciones científicas y múltiples jugadores hace tiempo que dedican grandes recursos al correcto manejo de toda su información. El mismo Obama se benefició de ello para su reelección.

McKinsey hablaba de que una empresa de retail podría aumentar sus márgenes operacionales gracias al Big Data en un 60%.

Por tanto, el Big Data es mucho más que software: es planificación, es conocimiento, es hardware (ojo al almacenamiento del que hablaré más abajo), son recursos y perfiles dedicados, es investigación y desarrollo, es consideraciones jurídicas y legales, es tiempo, tiempo y tiempo. Y eso es dinero, dinero y dinero. No pienso caer en el absurdo de discutir si es inversión o gasto. Si consideras lo segundo, no sigas leyendo

Tendrás que decidir qué información quieres frente a otra, priorizar tus necesidades de información, secuenciar tus consultas a esa información en función de los recursos disponibles.

Algo ha de haber cuando empresas como Oracle, Microsoft, SAP, HP, Dell estén invirtiendo cientos de millones en recursos e investigación del Big Data, y muy valiosos y numerosos son ya los head hunters desesperados por encontrar perfiles que tengan un nivel suficiente para abordar la responsabilidad del manejo de los grandes datos de una compañía.

Algunos detalles más:

  • Hace mucho más transparente y clara la información que se almacena. Ordena, clarifica, administra. Es, sin duda, uno de los valores más importantes de la compañía del presente.
  • Permite ampliar el ciclo de vida de la información con nuevas variables antes no conocidas o incluidas, maneja los elementos transaccionales.
  • Gracias a la información que se almacena y que maneja permite tomar decisiones de negocio mucho más cercanas a la realidad de los clientes.
  • La digitalización actual fortalece el “just in time” de la información, y, por tanto, de la reacción de las empresas ante lo que está sucediendo.
  • Es y será un elemento diferenciador frente a la competencia. La empresa que sepa manejar correctamente la ingente cantidad de información que existe estará muy por delante de la que se ha quedado con el concepto de Bussiness Intelligence o con la personalización de los mensajes.
  • Es una ventana al futuro. Los complejos y mejorados sistemas de medición de variables y estudios de comportamiento son ingredientes de un Big Data que permitirá adelantar posibles necesidades de negocio, posibles desviaciones de lo estimado y, como decía antes, acertar en la toma de decisiones.

Qué es “también” el Big Data

Pero hay algunos básicos que no podemos olvidar. Está claro que lo fácil es entender que un buen manejo de la información es útil, claro, pero considera como mínimo los siguientes elementos:

  • El Big Data también es almacenar muchas interferencias, muchos datos incomprensibles, o puestos en positivo, tanta información que tendrás que decidir cuál quieres frente a otra, priorizar tus necesidades de información, secuenciar tus consultas a esa información en función de los recursos disponibles. Hablé antes de planificación. Pues eso.
  • Es un entorno global, no solo refiere a la información de uno de los elementos que vas a considerar. Has de considerar cada elemento de la cadena de tus datos como una pieza en absoluto independiente del resto. Una incidencia recogida en la cadena de suministro ha de incidir en tu información del call center, una queja en Facebook ha de tener un impacto directo en tu base de datos de clientes, o una mejora en los procesos de gestión de las cajas ha de verse reflejada y medida en tu sistema de información. Y puedes estar manejando variables que tienen cadencias distintas, modelos de comportamiento distinto. Es ciencia, no lo dudes.

Current supply chain management must be concerned with multi-dimensional data that includes temporal and geospatial elements. Examples of temporal data are the acquisition of data from sources such as the Internet, speech and video data, real-time imaging from satellites, and ground-based sensors. Such inputs can be difficult to analyze because the different sources that comprise the data stream have different latencies. Moreover, the amount of temporal data is growing exponentially. Geospatial data, on the other hand, tracks location, whether that of a storm, a car, or a tornado that may render impassible to your trucks certain highways, thus demanding quick redirection to avoid time lost and equipment damage. For shippers, for example, both elements come into play: it is useful to know the location of ships, containers, and even packages in real time and/or two days prior in order to see if interim movement in is unusual and requires action. Coupled with temporal data, a logistics analyst can make informed decisions as events in his supply chain unfold.

Five Steps To Master Big Data and Predictive Analytics in 2014. Forbes.

  • Los datos son sensibles. Quién va a tener acceso, qué datos estás almacenando y dónde, qué usos vas a dar. Son básicos de cualquier entorno de manejo de información más o menos delicada, pero si hablamos de un Big Data has de plantearte que hablamos igualmente de una big sensibilidad. Asegura bien este asunto si no quieres que a medio plazo tengas que superar una auditoría que probablemente te dará muchos problemas
  • El saber sí ocupa lugar. Y mucho. Uno de los problemas actuales es, sin duda, el que refiere al almacenamiento de los datos. Wallmart maneja 1.000.000 de transacciones de sus clientes cada hora, o Facebook, que tiene más de 50 billones (americanos) de imágenes. Se considera que las empresas duplican su información en 1,2 años. Y dónde metemos todo esto. Hay buenas soluciones en el mercado, pero cuestan y merece lo que cuestan, ¿o te vas a poner tonto con las copias de seguridad?
  • No es lugar para novatos. No dejes el Big data en manos de quien no sabe, y que sepa mucho. Los perfiles necesarios han de ser multidisciplinares, especialistas y deben conocer muy bien los entramados de tus modelos de negocio. Hay necesidades de conocimientos técnicos y de negocio, normalmente necesitarás un equipo bastante completo de personas que dediquen todo su tiempo a mejorar los sistemas de almacenamiento, procesamiento, análisis, depuración y desarrollo.
  • Tener muchos datos sin inteligencia es lo mismo que no tenerlos. Otro de los grandes errores es entrar en el mundo del Big Data para luego no tener recursos, tiempo o sencillamente sensibilidad empresarial como para no utilizarlos, y para utilizarlos bien, tendrás que pasar del Big Data al Smart Data, cosa nada fácil si no se sabe hacer.

Como verás, es un tema del que no se puede prescindir, pero del que tampoco se puede pensar que es sencillo, fácil y solucionable con un buen software, por muy buena que sea la empresa que nos lo quiera vender.

El “nuevo” algoritmo de Google o qué te preguntan tus clientes

Cualquier cambio que haga Google nos afecta a todos; si el cambio, además, es de su logaritmo, nos aterra a todos. Parece que no es para tanto, dicen los expertos, al menos a corto plazo, pero… nos da muchas pistas de por dónde van las cosas. Y sí: hay mucho que pensar en el Marketing de Contenidos.
Alejandro Asúnsolo
. @content_mk

Foto vía emiliogil.com

Foto vía emiliogil.com

El cambio se ha hecho llamar “Humingbird”,  en español “colibrí”. Ha sido, todo es imagen, con motivo de sus 15 años (¡¡¡ solo !!!) de existencia. Y como dice : “A diferencia de Penguin o Panda (que tan solo eran meras actualizaciones del anterior algoritmo de búsqueda), Google Humingbird es un nuevo algoritmo totalmente distinto. ¿Su objetivo? Hummingbird es el siguiente paso de Google hacia el concepto de una Web Semántica. Este algoritmo nace para adaptarse a la nueva forma con la que buscan los usuarios valorando las cadenas de búsqueda en su conjunto, no solo las palabras clave aisladas”.

Al grano: Google, y todos, queremos que los dispositivos nos entiendan, y parece que ya lo hacen bastante mejor en cuanto a reconocimientos de voz, aprendizaje de comportamiento… La Web Semántica en este punto que nos afecta vendría a ser que empiece a responder preguntas y no solo a “hilar” palabras clave de búsqueda.

Está claro que Google está pensando, desde hace ya varios años, en que nuestros dispositivos van con nosotros y que no vamos a estar escribiendo en una caja que tan famosos, por otro lado, les ha hecho (¿cuántas veces hemos oído eso de “fíjate en lo sencillo del diseño de Google”?). Ya hace tiempo que en Google tenemos el reconocible micrófono para que hablemos al ordenador, pero estamos hablando de mucho más. Por un lado, y como he dicho, de ir caminando y hablar con nuestras gafas, nuestro coche, nuestro reloj, nuestra nevera y no tener ya que escribir nada. Y, por otro, el que esos aparatos nos entiendan.

Colibrí usa el Knowledge Graph de Google, presentado el año pasado. Esta funcionalidad permite al motor de búsqueda entender mejor la relación entre conceptos y no entre palabras clave individuales. Esto permite que las páginas que empatan con el significado de una búsqueda se posicionen mejor que las páginas que empaten con unas cuantas palabras. Benjamin Kabin

Te pongo un ejemplo, si quieres saber cuál es el mejor modo de construir un avión: hoy lo pones en Google y te dará los resultados de páginas que concatenen esas palabras, pero los seres humanos vamos más allá; reconocemos que la parte importante de esa frase es el avión, y que lo que queremos hacer es construirlo y que preguntamos cuál es el modo. Si no somos “semánticos”, podríamos encontrar resultados válidos sobre modos de construcción, no sabemos si mejores, o sobre quién hace aviones, pero sin decirnos cómo.

Fijaos en los resultados que da hoy:

resultados de ejemplo

Aún no estamos demasiado cerca…

Y ya empezamos a complicar el asunto porque:

  • Tenemos que dejar de pensar “solo” en las palabras clave y la optimización, dado que Google va a ampliar su radio de búsqueda con métodos que intenten explorar los caminos semánticos.
  • Tenemos que empezar a pensar que (por fin) nuestros contenidos han de escribirse para los usuarios y sus preguntas, y no las que nos hacemos en cualquier Comité de Dirección.
  • Tenemos, atención, que conocer, por tanto, las preguntas que se hacen nuestros clientes.
  • Tendrá peso el llamado author rank, o, digámoslo así, el peso de autoridad que tenga el origen del contenido. Sobre este tema hablaremos en otro post, que da para una buena reflexión en nuestro campo del Marketing de Contenidos.

Quizá dejemos de hablar de soluciones, de necesidades…, y empecemos, por fin, insisto, a hablar de preguntas, de inquietudes de los usuarios y clientes.

Arnie Kuenn va directo a lo que nos preguntamos ahora: ¿afecta a mi estrategia de contenidos? Lo resume en tres aspectos:

    1. Crea contenidos útiles. Y esto tiene mucho que ver con lo que decíamos antes. Tus contenidos empiezan a ser respuestas a preguntas.
    2. Entiende la importancia del móvil. Datos aparte, los sabemos, el camino es considerar el diseño y la navegación móviles no como una opción, sino como una obligación. Muy recomendable el reciente artículo de Marta Chamorro “Diseño web adaptativo vs estrategia de contenidos”.
    3. No olvides lo social. Google hace mucho tiempo que entiende que una comunidad que se comunica y comparte le aporta más y mejor información que cientos de cálculos logarítmicos, en tanto en cuanto es una comunidad viva (y aquí lo podemos complicar, porque las redes también están cambiando sus algoritmos; te recomiendo este artículo: “Story Bump, el reajuste del algoritmo de Facebook”).

Colibrí es una indicación de Google que acepta el crecimiento de usuarios móviles, que, de acuerdo con un informe de Morgan Stanley, en dos años superarán a los de escritorio. Benjamin Kabin

¿Ha cambiado entonces nuestro posicionamiento? En su artículo “Google colibrí y su importancia en el SEO”, César Rodríguez dice que aparentemente no, pero lo hará.

“¿Ha cambiado? La respuesta es que sí, pero no se observa a simple vista. Es decir, si tú tenías un buen posicionamiento bajo un término determinado, como, por ejemplo, ‘curso de cocina’, tu posicionamiento probablemente no habrá cambiado más de lo que lo habría hecho de no haber nacido Colibrí. Pero si realizas la búsqueda ‘donde imparten cursos de cocina mediterránea en Valencia’, los resultados sí deben de haber cambiado (o lo harán). Lo que ocurre es que no tenemos controlada esta segunda búsqueda, y, por ello, parece que nada ha cambiado.”

Seguiremos atentos, pero no esperes mucho y empieza a pensar en las preguntas que te hacen los usuarios. Quizá es el momento de recuperar la atención sobre los call center, los centros de seguimento del usuario, los estudios de clientela y las mesas de quejas y reclamaciones.